sábado, abril 30, 2005

Detra´s de las paredes

Algunos han dicho que mi historia es única, porque tuve la rara experiencia de estar detrás de las paredes de una clínica de abortos de Planificación Familiar.

by Rebekah Nancarrow

El padre de mi niño no quería este embarazo. Él vio mi negación inicial de hacerme un aborto como una manera de atraparlo. Yo tenía miedo y sólo veía las dificultades asociadas con ser una madre soltera.

Fue menos de un mes antes de mi graduación de la universidad que tomé la prueba de embarazo para hacerse en casa que me costó $8, la que confirmó mi temor más grande. Con esas dos líneas acusatorias enfrente de mí, el volumen de mis pensamientos era inmensurable.

“¿Quién soy?” Era todo lo que podía pensar. Era educada y tenía la convicción de que el aborto era asesinato, pero aún así esas dos líneas murmuraban: “Escóndelo, escóndelo”.

Convencida de que me arrepentiría de esa decisión por el resto de mi vida, le dije al padre que no podía hacerme un aborto. Él me dejó, por supuesto, pronunciando las últimas palabras en cuanto a que mi hijo sería ilegítimo y que yo había arruinado su vida.

El embarazo fuera del matrimonio lleva su propia carga, pero cuando el padre se va, y confirma que te odia, esa carga se vuelve sofocante.

Cuando hice la llamada inicial a la clínica, pregunté lo usual: ¿Cuánto cuesta? ¿Duele? ¿Cuánto tiempo va a llevar? ¿Cuántos días de trabajo voy a perder?

Las respuestas fueron las siguientes: El procedimiento cuesta $276 dólares incluyendo un sonograma, un sedante (valium) con medicina para el dolor, y tres meses de pastillas para el control de la natalidad. El procedimiento en sí dura diez minutos, aunque debo esperar estar allí por unas cinco horas en total. Sentiré un dolor leve como de calambres en el útero que no debería recordar por el sedante.

Cuando pregunté sobre ese lapso de memoria, ellos me explicaron que la administración intravenosa incluiría una droga que “borra” de 2 a 3 horas de memoria. Pensé que eso era raro, pero no recordar lo que estaba por hacer parecía estar bien. No hice más preguntas.

A medida que ese día funesto se acercó, llamé a Planificación Familiar y cancelé mi cita. Hice eso tres veces más. Finalmente tomé la decisión de continuar.

La noche anterior a mi cita final, visité a mi mejor amiga, aunque ella no tenía ni idea de los eventos del próximo día. Nos sentamos en su patio de atrás con un congelador de vinos, y hablamos de novios y novelas.

Traté de dormir la mañana siguiente para reducir el número de horas conscientes de pensamiento y temor.

Ellos me dijeron que llamara la mañana de mi cita para recibir direcciones y me explicaron que habría un guarda armado en las oficinas médicas para escoltarme a sus oficinas.

El guarda estaba allí como me habían prometido. Él tenía un bloc con una hoja con nombres y horas. Le eché una mirada a la hoja y pensé que seguramente todos esos nombres no eran para abortos.

Pero al entrar a la sala de espera, probó ser verdad. Era como caminar en la cafetería de la escuela secundaria. Noventa y cinco por ciento de las jóvenes sin duda eran adolescentes.

La risa era el sonido sobresaliente cuando observé la sala de estar. La mayoría estaban con amigas, sonriendo, revelando estar contentas por haber perdido un día de clase. Una ausencia excusada por supuesto.

Había unos pocos novios en la sala. Todos eran tan jóvenes, sin vergüenza en sus rostros para nada. Me dirigí hacia el mostrador. La recepcionista fue cortés y me dio un bloc con casi una docena de papeles e información general.

Leí el material lentamente, mirando furtivamente a aquellos alrededor de mí, tratando de entender por qué estábamos haciendo esto.

Y allí estaba yo. Sola. De veintitrés años de edad, sintiendo como que estaba prostituyendo mi cuerpo. Me odiaba a mí misma. Odié el ser mirada seguramente de la misma manera en que yo miraba a aquellos a alrededor de mí.

Mientras pretendía leer mi libro, las lágrimas me quemaron los ojos al tiempo que dije la oración más sincera que jamás haya hecho: “Dios, mueve mis piernas hacia la puerta. No me abandones ahora”. Pasaron cerca de dos horas en esa primera sala de espera, y no había terminado una página de mi libro.

“Rebekah, cumpleaños 4-12”, llamaron. Caminé rápidamente hacia la puerta, esperando que nadie recordara mi rostro. No hice contacto visual con la enfermera. Ella, también, era muy joven. Tal vez 19 ó 20 años. La clínica estaba plagada de jóvenes y de tonterías. Me pregunté si ese trabajo era su práctica antes de graduarse.

Entramos en la sala del sonograma para determinar cuán avanzado estaba mi embarazo. Ella me preguntó si yo estaba nerviosa. “No”, le dije, “sólo triste”. Me miró con compasión. “No te preocupes”, me dijo. “Te sentirás mucho mejor cuando todo esto haya terminado”.

Volteé el rostro. Ella no mostró culpa o remordimiento. Honestamente pensó que me estaba haciendo un favor. Yo estaba triste también por ella. De pronto me sentí triste por cada trabajador en ese lugar.

Era imposible ver la pantalla del sonograma desde donde yo estaba acostada, aunque ni siquiera traté. La enfermera determinó que mi embarazo era de 9 semanas, lo que significaba un “procedimiento de succión” como ella describió.

Esas palabras eran tan estériles; “procedimiento”, “avanzado”, “succión”. Creo que no escuché la palabra aborto ni una vez en todas mis conversaciones con Planificación Familiar. Hubiera sido fácil pasar por alto el hecho de que simplemente estábamos embarcándonos en el fin de una vida.

Me dijeron que me pusiera mi ropa nuevamente. Podía regresar a la primera sala de espera si tenía a alguien esperando por mí, o podía ir a un cuarto separado para aquellas que estaban solas.

El segundo cuarto era pequeño; yo era la única allí. Esperé otras dos horas en ese cuarto. Había una televisión en un rincón, reportando los últimos eventos de la tragedia del 11 de septiembre, pero ni me di cuenta. Había tanta tristeza en ese cuarto.

Había llegado a la clínica a las 10 de la mañana, y ahora eran las dos menos cuarto de la tarde. Recuerdo haber sentido mucho frío todo el tiempo. Había frazadas en la primera sala de espera sobre una silla, como si quisieran que el lugar estuviera frío por alguna razón específica. Casi todas tenían una frazada sobre las piernas.

Decidí quedarme fría. Me mantenía la mente ocupada. La vista fuera de la ventana era bellísima, árboles verdes a punto de cambiar de color para el otoño. Miré hacia otro mundo de tibieza y vida.

El último paso antes del “procedimiento” en sí fue hablar con una consejera. Me dirigió a una habitación muy pequeña con un mostrador y dos sillas. Me preguntó si tenía alguna pregunta.

“Sí”, le dije, determinada a ser cortés. “Quiero ver la foto de un BEBÉ de 9 semanas”. Dije “bebé” muy despacio y claramente. Ella entendió mi alusión. “El FETO”, respondió, “es muy pequeño, y no creo que sería una buena idea que veas una foto”.

Yo continué: “Quiero saber si el corazón está latiendo”.

“Esto sólo lo va a hacer más difícil para ti”, respondió ella.

De pronto todo hizo sentido para mí. Nosotras no estábamos allí para discutir opciones. Estábamos cerrando un negocio. Ella estaba al fin de su discurso de ventas y cerca de perder su cuenta.

“Me gustaría ver una foto, por favor”.

De mala gana, ella sacó una copia vieja y borrosa de un “feto” dibujado a mano, con una pocas estadísticas escritas debajo sobre el peso y el tamaño del bebé a las 9 semanas. Fue todo. No más detalles.

Miré fijamente a las pequeñas manos, pies y cabeza. Respiré profundamente y pregunté: “¿Cuál es el próximo paso?”

Ella procedió a hacerme algunas preguntas. “¿Cuándo fue la última vez que consumiste alcohol?” Recordando el congelador con vino en la casa de mi mejor amiga la noche anterior, confesé: “Anoche”.

Ella cerró mi archivo y dijo con un suspiro: “No podemos hacerlo hoy. Vamos a tener que hacer otra cita”. Me explicó que no podía tomar bebidas alcohólicas antes de las 24 horas del procedimiento porque no sabían el efecto que tendría sobre las medicinas que me darían.

Yo no podía creer lo que estaba pasando. Había estado allí cuatro horas y ahora me querían dar otra cita. Me dijo que la próxima cita disponible sería en seis días.

Con esa declaración supe que nunca regresaría. No podría hacer eso nuevamente. No podría esperar otros seis días con el conocimiento de comenzar todo otra vez.

Ella dijo que les debía $70 dólares por el sonograma de ese día y que podía pagarles por la visita de la próxima semana también. Sólo por curiosidad, le pregunté si los $70 que tenía que pagar entonces serían deducidos de la próxima visita. “No”, respondió directamente.

De pronto, todo hizo sentido. Era por el dinero. Planificación Familiar es un negocio de mucha ganancia, que explota la necedad de la juventud y lo esconde con la frase: “El derecho de una mujer a elegir”.

Tomó mi tarjeta de crédito. Me sentí violada. Firmé el recibo por los $70 dólares y rompí la copia de carbón rápidamente, sintiendo que había apoyado al negocio más vil jamás comenzado.

Caminé a través de la primera sala de espera, no haciendo contacto visual con nadie. El guarda de seguridad me paró fuera de la puerta y me preguntó si regresaría. Suavemente, respondí “no” y me dirigí a mi automóvil.

Me senté debajo de esos árboles verdes que había mirado por la ventana de la sala de espera, y me toqué la barriga. Mi oración había sido respondida después de todo.

Había orado toda mi vida por lo que ahora parecían cosas sin sentido, pero aquel día yo supliqué por la vida de mi hijo, y su vida me fue concedida.

Una bomba hormonal

El Ayuntamiento de Madrid ha manifestado su intención de facilitar, de forma gratuita, la píldora del día siguiente. La iniciativa busca potenciar, todavía más, su utilización, por estimar que la píldora postcoital es un método eficaz para reducir la tasa de embarazos no deseados en las jóvenes madrileñas. De hecho, las altas cifras de embarazos no deseados se han convertido, en ese grupo de población, en un problema de salud pública que requiere una solución.

Ante esta decisión, me gustaría hacer varias observaciones.
La primera, que la intercepción postcoital no es un método de rutina, sino absolutamente excepcional. Hay que tener presente que estamos ante una auténtica bomba hormonal: con la píldora del día siguiente la usuaria toma, en un solo día, de 6 a 30 veces la cantidad de levonorgestrel que se encuentra en la dosis diaria de un anticonceptivo hormonal oral. Además, no hay que olvidar sus efectos secundarios (nauseas, fatiga, dolor abdominal, vértigo,...). Estos han llevado a las autoridades sanitarias americanas a no autorizar su utilización sin prescripción. Por ello, la estrategia basada en la trivialización de la píldora del día siguiente es erróneas y peligrosa, ya que induce, principalmente en jóvenes, a un uso frecuente.

La segunda, que la píldora del día siguiente es un método de intercepción postcoital que tiene por objetivo prevenir la implantación del embrión en el útero, en el caso de que se haya producido la fecundación. De su definición se deduce, claramente, que no es un método anticonceptivo, ya que su acción principal va dirigida hacia el embrión. Por lo tanto, cuando se recurre a la píldora del día siguiente se asume, voluntaria y deliberadamente, el riesgo de provocar un aborto. No hay duda científica sobre el hecho de que el embrión es el estado inicial de un ser humano y sobre la realidad de que éste surge con la fecundación. No obstante, la nula protección que en España se otorga a la vida humana -vease, por ejemplo, la escasa protección que se otorga a los embriones en el anteproyecto de ley sobre técnicas de reproducción asistida, tan discutido en las últimas semanas, o la posibilidad de obtener, en algunas Comunidades Autónomas, la píldora del día siguiente de forma totalmente gratuita - contradice esta realidad. Parece que el Ayuntamiento de Madrid quiere sumarse a esta penosa situación que, en la práctica, supone considerar a un ser humano como un mero, desechable amasijo de células.

En último lugar, conviene no olvidar que en distintos estudios se ha demostrado que los adolescentes que utilizaban la píldora del día siguiente no reducían el número de embarazos no planeado, posiblemente como consecuencia de asumir mayores riesgos en sus relaciones sexuales. Por lo tanto, la trivialización en la distribución de la píldora del día siguiente no es un buen camino para reducir la incidencia de estos embarazos.

Las razones señaladas tienen el suficiente peso como para pensar en un cambio de estrategia, depositando menos confianza en la química y más en la educación. Da la impresión de que las políticas dirigidas a los jóvenes parten de que éstos no son capaces de asumir responsabilidades, y que las consecuencias de sus actos se pueden aliviar tomando simplemente un producto químico. Ello no es más que una nueva manifestación de un fenómeno que se extiende poderosamente en nuestra sociedad, la medicalización de la vida.

Mi propuesta es que hay que combatir esa medicalización (perjudicial para la salud, estéril para la necesaria maduración como persona) con educación. En el caso que nos ocupa, con una educación sexual seria y responsable, centrada en el respeto a la unicidad de la dignidad humana (que integra la dimensión corporal, afectiva, racional, y espiritual de la persona). Por el contrario, los modelos exclusivamente higiénico-sanitarios caen en una verdadera deshumanización, -o desintegración de la persona- al presentar el sexo como algo externo al ser humano - desgajado -, como una función biológica más.

La postura que ha adoptado el Ayuntamiento de Madrid, al decidir distribuir gratuitamente la píldora del día siguiente es, desde luego, cómoda, sencilla y, sobre todo, populista (espero que, al menos, les dé votos). Pero es una estrategia equivocada. Por una parte, no va a conseguir el objetivo de reducir la tasa de embarazos no deseados (se pueden revisar, en la bibliografía científica, los resultados de otros programas equivalentes). Por otra, implica riesgos serios para la salud, y contribuye a la mencionada medicalización de nuestra sociedad. Por último, va a apartar a nuestros jóvenes, todavía más, de la posibilidad de que integren el sexo en el desarrollo armónico de su personalidad. No cabe sino concluir que, con esta vía, el Ayuntamiento contribuye a fomentar la trivialización del sexo, convirtiéndolo en un producto más de consumo. Quizás la educación integral sea un camino más largo, menos populista, pero, sin duda, beneficia más a nuestros jóvenes. De cualquier forma, ahí está la alternativa que revela la verdadera categoría de un político: ¿medidas populistas o búsqueda honesta del bien común?

José López Guzmán, Departamento de Humanidades Biomédicas, Universidad de Navarra

¿Estamos verdaderamente ganando esta batalla?

En su discurso ante la conferencia mundial de Human Life International en Houston en 1998, el Dr. Bernard Nathanson dio al público razones que justifican la esperanza de ganar la batalla contra el aborto. Habló sobre un cambio específico y lento hacia la vida y los valores humanos que se está obrando en la cultura en estos momentos. Para describir la velocidad de este cambio utilizó el término “glacial”. No obstante, habló del despertar de las conciencias y de un retorno a la cordura que está teniendo lugar en EEUU ahora, y nos recordó a todos que al final seremos victoriosos. Este sentir se repite entre los muchos líderes del movimiento provida que señalan la disminución estadística en el número de abortos, la reducción a la mitad del número de centros de aborto y el descenso en el número de personas dispuestas a practicar el aborto y trabajar en los centros de matanza. Todo esto es muestra real de algún progreso, ¿pero indica necesariamente que estemos ganando la batalla?

Confío, al igual que otros, que los cambios positivos en la cultura tomarán impulso y se pondrán de moda, pero no toda la evidencia que observo en la cultura resulta positiva. Me pregunto hasta qué punto consideran la cultura enemiga virulenta los que predicen la victoria al evaluar la situación. Mi visión de la batalla cultural se puede expresar mejor en un término que fluye del Corazón de Dios: esperanza. Con esperanza, puedo observar directamente el “peligro claro y presente” de la amenazante “cultura” de la muerte y aún así creer en su redención. Lo mío es un creer sin ver. Es un firme acto de la voluntad que cree en lo que dijo el Dr. Nathanson sobre la victoria final, pero que aquilata con realismo los estragos del mundo, la carne y Satanás. Como dijo el Padre Paul Mankowski en su reciente análisis del escándalo del abuso sexual por el clero, “hay poca razón para el optimismo pero toda razón para la esperanza”.

Momentáneamente, evaluemos la degradación constante de nuestra cultura. Me enfocaré brevemente en tres realidades que tomarían cada una toda una biblioteca, para describir su espanto detalladamente. No obstante, es necesario presentarlas como evidencia de que la “clavada” de la “cultura” de la muerte no llegará en el futuro cercano.

Primero, en nuestra cultura, la sed por el aborto no se sacia. ¿Podríamos decir que un descenso de 1,5 millones a 1,3 millones de bebés muertos por año es una señal creíble de victoria? ¿Es esto a lo que llamamos victoria? ¿Es esto a los que llamamos progreso? Un bebé muerto por año es una abominación, y esta atrocidad continúa efectuándose con insistencia demoníaca día tras día en hospitales, centros de abortos y consultorios de los así llamados médicos respetables en nuestros barrios. Mientras nos encontramos en las conferencias provida pronosticando la victoria, unos pasos más allá los abortistas continúan haciéndose fabulosamente ricos con el negocio del infanticidio legalizado. Nada les importa lo que decimos en nuestras conferencias si ellos controlan de facto la cultura. Podemos desenmascarar la matanza por medio de imágenes gráficas, distribuir folletos y material educativo, y establecer nuestra red de centros de ayuda a mujeres embarazadas en crisis, pero por último son ellos los que controlan la cultura, y lo saben.

El dinero que cada año genera el negocio del aborto compra el apoyo social y político para sus prácticas espantosas. Los americanos quieren libertad por encima de todas las cosas, y hasta los que de otro modo no participarían en el aborto quieren, sin embargo, que sea legal porque hacerlo ilegal de alguna forma compromete la libertad. Nunca preguntan “¿libertad para quién?” Sólo quieren libertad, punto, y los cómplices del aborto en los medios de comunicación, en la educación y en la política cosquillean los oídos del público con millones de sonidos al día con el fin de controlar la cultura. Adelante, mañana mismo cambien las leyes, hagan ilegal el aborto. No importará. Los corazones seguirán sin convertirse mientras continuamos insistiendo en nuestras mal entendidas libertades, y por lo tanto la sed por el aborto no amainará.

Una segunda razón por la cual la lucha contra el aborto no se ganará muy pronto es que el movimiento provida no ha querido confrontar la causa fundamental del aborto: la contracepción. Repito, adelante mañana mismo con el cambio de las leyes del aborto, pero no se erradicará el aborto en la cultura, porque no se ha desmantelado el sistema que lo alimenta. La propia industria del aborto informa que el 60% de las mujeres que buscan abortar lo hacen porque les falló la contracepción. Se usa el aborto como respaldo a la contracepción, y por odioso que esto pueda parecer hasta a algunas de las feministas más rabiosas, es una realidad con la que hay que lidear. Hasta hay evidencia de que algunos centros de ayuda a mujeres embarazadas en crisis, al convertirse en clínicas médicas, distribuyen información sobre contraceptivos a mujeres embarazadas que se encuentran en crisis. Su lógica se puede sacar de cualquier manual de capacitación de la organización abortista en EEUU que se llama Planned Parenthood (Paternidad Planificada): si desea menos abortos, distribuya contraceptivos.

¿Ha funcionado esta lógica en los últimos 40 años? Analicemos el daño. Si el aborto debía disminuir en proporción directa al aumento de la contracepción en la cultura, entonces en una cultura en la que prevalece la contracepción casi en el 100% no debería haber abortos. Este no es precisamente el caso en nuestra sociedad, ya se trate de mujeres casadas o solteras. De hecho, lo opuesto es la realidad. Según entran en la cultura los contraceptivos, se distorsionan los valores y cambia la mentalidad de los usuarios. Si usamos un término bíblico, los contraceptivos “endurecen los corazones” y los predisponen contra los niños y las familias grandes, así como aumentan la promiscuidad y el egoísmo. Si alguna ves ha visto una fotografía del interior de un útero expuesto por años a la contracepción química, en lugar de una densa, rica y nutritiva espesura de las paredes uterinas listas para recibir el óvulo fertilizado, observará un órgano endurecido y devastado, allanado por los efectos de años de guerra química contra él. Esto es simbólico del endurecimiento de los corazones que acompaña a la contracepción.

La mayoría de las personas no saben que la contracepción fue ilegal en este país, pero nadie habla de que se vuelva a hacer ilegal, ¿no es así? Hay una razón muy valedera para ello. El movimiento provida no ha querido encarar el asunto de la contracepción porque muchos de sus miembros la están practicando. No se puede echar a Satanás del negocio del aborto mientras antes no se arroje al demonio del propio útero. Es tan simple como eso.

Podemos hacer represas en el río del aborto todo lo que queramos pero la corriente correrá sobre, alrededor y finalmente a través de ellas y quedaremos con leyes contra el aborto que nadie haga cumplir, lo que nos llevará de vuelta atrás. Sólo tenemos que observar lugares como Alemania y Australia, donde el aborto es mayormente ilegal, y vemos una cultura desenfrenadamente abortiva. En América Latina, donde el aborto es completamente ilegal, se practica el aborto más de lo que nadie quiere admitir. Es fácil predecir que estas culturas, al igual que casi todas en el mundo, están ahora saturadas de contraceptivos.

La Paternidad Planificada se complace en decir a las culturas en todo el mundo que rechazan el aborto que su propósito no es promover el aborto; que están ahí para prevenir los embarazos no deseados que llevan al aborto. ¡Qué “generosos” son! Mediante este artificio, bombean su veneno a 184 de los 193 países del mundo conocido. Son malvados pero no estúpidos. Conocen la conexión entre la contracepción y el aborto, lo que parece no comprender todavía ni siquiera el movimiento provida.

No erradicaremos el aborto mientras no desarraiguemos la contracepción. Ya es hora de que el movimiento provida encare este hecho.

La tercera y más alarmante razón por la que alegamos que estamos ganando la batalla del aborto, pero realmente no es así, es que tenemos una manera de pensar demasiado estrecha. ¿Conocen la mayoría de los americanos que se cometen cada año 60 millones de abortos quirúrgicos en el mundo? Este estimado es sin lugar a dudas bajo, pues es imposible llevar la cuenta de los abortos practicados en las culturas donde todavía es ilegal. Esta cifra ni siquiera toma en cuenta el número de abortos químicos que tienen lugar en proporción alarmante con la RU-486, la píldora de la mañana siguiente, y la contracepción que causa el aborto. En esta perspectiva, el genocidio en el mundo es desconcertante.

Se nos olvida que lo que sucede en EEUU se convierte en el estándar del mundo, aunque no inmediatamente. Queremos echar atrás a Roe y entonces esperar que todos los demás nos sigan. No funciona así. El resto del mundo todavía está en la implementación de Roe y lo estará haciendo por muchas décadas más. La victoria que consiguieron los revolucionarios del aborto en 1973 llegó más allá de sus más sensacionales sueños: el aborto durante los nueve meses de embarazo certificado como un derecho fundamental por el más alto tribunal de la nación. No se puede llegar a nada tan completo como eso, especialmente si se suman varios cientos de millones de dólares por concepto de impuestos cada año que van directamente a los cofres de la Paternidad Planificada. Desde entonces, estos mismos revolucionarios del aborto han estado exportando la cultura de la muerte al resto del mundo, y con ganas. El Tercer Mundo es territorio de conquista para el reino de la muerte, y 60 millones de abortos al año no es suficiente pare ellos.

Inclusive si EEUU se practicara una cirugía radical y sacara el aborto fuera de las instancias políticas, el cáncer ya ha hecho metástasis y se está regando por todos los rincones de nuestro mundo. Las demás naciones del mundo pudieran seguir nuestro “buen” ejemplo, quizás cincuenta años más adelante. Me pregunto si quedará alguien en esos países para dar marcha atrás a esas leyes violentas. El aborto y la contracepción habrán causado grandes estragos en los países más pobres de manera más precipitada de lo que ya ha sucedido en el mundo desarrollado, y, si es que no han estado prestando atención, la catástrofe en nuestro rincón del mundo es enorme. Un tercio de las naciones del mundo cuentan con una tasa de fertilidad por debajo de la de reemplazo, lo que significa que el “invierno demográfico” se nos acerca, y que la única manera que nosotros o cualquier otra nación puede evitar esa catástrofe es comenzando a tener más hijos. Dada la mentalidad contraceptiva reinante, no es probable que esto suceda en un futuro cercano.

Frente a toda esta matanza y destrucción, ¿qué razón tengo para la esperanza?

Nuestra Señora, simplemente.

Como Madre de la Vida, ella es “Vida, Dulzura y Esperanza nuestra” Desde hace mucho tiempo ha anunciado el Triunfo de su Corazón Inmaculado, y tengo confianza en que esa victoria está efectuándose en nuestro mundo mientras hablo. El de ella no será un triunfo de la educación, aunque debemos continuar educando al mundo sobre la inviolabilidad de la vida. No será un triunfo político, aunque debemos continuar luchando en el ámbito de los derechos humanos fundamentales. ¿Y es que alguien de veras cree que el sistema de tribunales corruptos se puede reformar en esta etapa del partido? Ahí no es donde tendrá lugar Su victoria.

El Inmaculado Corazón de Nuestra Señora triunfará decididamente en los corazones. Ese es el Reino en el que desea reinar con Su Rey. Por eso, en casi todas sus apariciones Nuestra Señora ha pedido oraciones por la conversión de los pecadores, y tenemos que hacerlo todos los días, comenzando con nosotros mismos. El aborto es el crimen perfecto contra la humanidad; se ha hecho poderoso debido a su éxito irrestricto en el mundo durante los últimos cuarenta años, y en su arrogancia no pretende muy pronto dejar de matar, ¿pero será demasiado poderoso para Nuestra Señora? Nunca. Ella es la Reina del Cielo y de la Tierra. No hay pecado que pueda sobrepasar su poder de convertir corazones.

Termino con un mensaje para el movimiento provida en general y para toda alma en particular: Pongámonos de nuevo de rodillas para suplicar a Nuestra Señora la conversión de nuestro mundo. Entonces, levantémonos con esperanza y manos a la obra.
Rev. Thomas J. Eutenauer,
Presidente de Human Life International

jueves, abril 28, 2005

Gracias nationalgeographic.com!




National Geographic Channel
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Before it takes its first breath,
a human baby has been through
an incredible transformation...

From a single cell to a complex, self-sustaining organism. With ground-breaking photography, computer graphics, and 4-D imaging, In the Womb reveals this amazing process as the first heart cells begin to beat, the nerve cells flicker to life, and the senses develop.

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Photo: a baby in the womb
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View more stunning images from an in-utero surgery with a fetoscope.

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4-D utrasound.


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El milagro de la vida paso a paso

Documental Galeria de Fotos Fondos de Escritorio Cómo se hizo Foros
COMO SE HIZO...
El milagro de la vida paso a paso
Durante dos horas de metraje, "En el vientre materno" sigue paso a paso la evolución de un embarazo durante los 9 meses de gestación. Cada año, más de 130 millones de mujeres de todo el mundo experimentan la maternidad. Sin embargo, desde el momento de la concepción hasta el parto, el proceso de gestación no está exento de riesgos. Hoy en día, el avance de la medicina permite detectar y corregir muchos de estos problemas, pero nunca hasta ahora había permitido contemplarlo con tanto detalle en una producción documental

Nueve meses de aventuras
Gracias a las últimas tecnologías de imágenes ultrasónicas en 3D y 4D, “En el vientre materno” nos invita a vivir una verdadera aventura, en la que el feto no sólo es el protagonista, sino el superviviente de una serie de avatares que, durante nueve meses, le obligan a enfrentarse a todo tipo de agentes externos y amenazas, y a experimentar toda clase de sensaciones. El documental sigue muy de cerca la formación del feto y su crecimiento, incluyendo sus reacciones a ciertos estímulos, sus diferentes estados de comportamiento y su propia preparación para el momento del parto.

"En el vientre materno" inicia su viaje en el momento de la concepción. Por medio de imágenes generadas por ordenador podremos acompañar el recorrido del blastocito (embrión de pequeño tamaño) desde la trompa de Falopio hasta el útero, donde comienza a tejer las primeras células nerrviosas. El documental regresará al interior del seno materno unas semanas más tarde para mostrar los cambios que se han producido. Veremos entonces el primer desarrollo del cerebro y la espina dorsal, y asistiremos al momento de formación del corazón humano, como una masa muscular que comienza a latir de manera espontánea.

El embarazo desde dentro, como nunca se había visto hasta la fecha
Hasta ahora, todos los documentales e imágenes que hemos visto de un feto en proceso de gestación han sido en 2D y en blanco y negro. La gran aportación de esta producción de National Geographic Channel es brindar la posibilidad de contemplar por vez primera el desarrollo de un embarazo con una calidad de imagen más real. Ello se debe al avance en las tecnologías 3D de la imagen que, a través del uso del escáner, han logrado ofrecer una fotografía más nítida.

Además, el documental introduce imágenes en 4D que hacen posible la recreación de secuencias en movimiento a tiempo real y que garantizan una mirada nueva y sin precedentes al interior del útero, revelando momentos del embarazo hasta ahora desconocidos.


El documental introduce imágenes en 4D que hacen posible la recreación de secuencias en movimiento a tiempo real y que garantizan una mirada nueva y sin precedentes al interior del útero, revelando momentos del embarazo hasta ahora desconocidos.

Entre estas aportaciones, veremos imágenes escaneadas en 4D de un feto de entre 11 y 12 semanas que se golpea y mueve las piernas en una especie de acto reflejo. A las 24 semanas, el feto ya abre y cierra los ojos, saca la lengua, muestra sus primeras expresiones faciales y experimenta su primer ataque de hipo, con fuertes contracciones del diafragma.

¿Qué siente el bebé?
En el último trimestre del embarazo, el escáner en 4D nos enseñará la habilidad del feto para percibir sonidos, que le llegan a través de los fluidos corporales, y sus primeras reacciones dormido. Una cámara especial nos ofrecerá un curioso punto de vista del futuro bebé mientras percibe sonidos musicales o escucha la voz de su madre.

Una operación antes de nacer
"En el vientre materno" también se ocupa de los embarazos complicados. Es el caso de un feto de 26 semanas, que será operado en el útero para corregirle una malformación de la cavidad del diafragma, que podría ocasionarle graves malformaciones en el desarrollo de sus pulmones y muy poco margen de supervivencia tras el nacimiento. La cirugía neonatal está hoy tan avanzada que no sólo permite detectar a tiempo este tipo de defectos, sino que permite corregirlos mucho antes del parto. La operación se ha filmado íntegramente para el documental gracias a la introducción de una minicámara de alta definición en el abdomen de la madre.

Con este documental, National Geographic Channel ofrece una primera y hasta ahora única mirada al proceso de gestación de un bebé, filmado en primer plano y narrado a través de unas imágenes tan bellas como insólitas.

"En el vientre materno" es una producción de gran calidad, especialmente recomendada a todas las madres y a todos los padres, así como a todos los interesados en descubrir algo más sobre nuestros propios orígenes.

En el Vientre Materno

EN EL VIENTRE MATERNO. Lo puedes ver en TV en National Geographic Channel en Digital+ y R
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GALERIA DE FOTOS. Las mejores imágenes del documental

jueves, abril 21, 2005

Ya es hora de que hablen las víctimas vivas del aborto

Muchos lectores de ALBA, tras la promoción de la pulsera ?100% Católico?, el 10% de cuyas ventas va destinado a la Asociación de Víctimas del Aborto, han preguntado sobre sus fines y cometidos. Carmina García Valdés, psicopedagoga y madre de familia, es su presidenta, y ha accedido a presentar la asociación en una entrevista.

-¿Qué es AVA?
-La Asociación de Víctimas del Aborto es una asociación sin ánimo de lucro, constituida con la intención de dar voz a las mujeres y hombres que se han visto involucrados en un aborto provocado. Esta idea la hemos heredado de una asociación americana, donde, después de unos cuantos años más de legalización del aborto, se han dado cuenta de que el aborto es una práctica en la que, además de dejar un reguero de víctimas muertas, que son los niños no nacidos, también quedan destrozados moral y psíquicamente los padres y las madres.

-¿Por qué existe AVA?
-Porque ya es hora de que en España hablen las víctimas vivas del aborto, esos muertos vivientes del aborto. Para AVA, la primera víctima es el niño no nacido, del cual no se acuerda prácticamente nadie. Pero desde AVA queremos retomar el tema desde el punto de vista de los que quedan vivos: el padre, la madre o los mismos profesionales del aborto, personas que sufren el síndrome postaborto, que es una enfermedad que debe catalogarse fuera del síndrome postraumático, porque tiene su sintomatología propia. A estas personas, desde AVA las derivamos a distintos profesionales que colaboran con nosotros: psicólogos, ginecólogos, abogados, etc. Han llegado a nosotros personas que abortaron hace una semana, hace un año o diez. A cada uno lo que hacemos es acompañarlos, escucharlos, que se sientan arropados. En los abortorios, antes de pasarla al quirófano, a la mujer le dan un papelito que tiene que firmar: es el consentimiento informado. Nosotros, desde AVA, exigimos que ese papelito no informe sólo de las consecuencias físicas del aborto, sino que lo haga también de las psíquicas, que se dé tiempo a la mujer a que lo lea tranquilamente, que le dé tiempo para reflexionar, para pensar con serenidad qué paso va a dar, que es irreversible, y que le va a afectar el resto de su vida. Lo que pasa es que donde se practican abortos todo es rápido, con prisa, pagando por adelantado y sin factura.
Muchas de las chicas que han llegado a nosotros nos cuentan que cuando se dirigen a un centro, van a pedir ayuda, no a abortar, y antes de que nadie les diga qué otras alternativas tienen o de intentar averiguar por qué no quieren tener a su hijo, lo primero que les dicen es que no pueden tenerlo, y las pasan a un psicólogo que en cinco minutos certifica que se ajusta al primer supuesto despenalizador del aborto, que habla sobre la salud física o psíquica de la madre, supuesto por el que se cuela el 97% de los abortos y que no tiene estipulado límite alguno en el tiempo de la gestación para ejecutarse.

-Entonces,¿bajo este supuesto se puede abortar en los nueve meses de embarazo?
-Sí. El Código Penal establece en doce semanas el límite para abortar en caso de violación, y en veintidós, de malformación del feto. Pero en este otro caso se puede ejecutar el aborto, y así se está haciendo, en cualquier período del embarazo.
Entonces, a esa chica, en vez de echarle una mano y contarle cuáles van a ser las consecuencias psicológicas, se le da ese papel y se le hace pasar a la sala de espera.

-¿Qué os cuentan de esa sala de espera?
-Que es una sala donde hay un frío enorme. No hay diálogo ni conversaciones. La gente no se mira a la cara. La mayoría de las chicas nos han contado que, una vez que han firmado, las tratan como a animales. No hay una palabra de aliento, de apoyo, de consuelo, cuando ellos saben perfectamente que lo que va a pasar es algo desagradable para la mujer. De hecho, después de practicarle el aborto, los síntomas de SPA están latentes. Esos síntomas pueden ser sueños, pesadillas, recuerdos, evocaciones en la fecha del nacimiento, etc.

-¿A cuantas persona habéis atendido?
-Desde marzo de 2004 hemos atendido unos setenta casos. Todos esos testimonios han sido recopilados y serán publicados en un libro titulado Yo aborté. Se va a editar con la idea de que la sociedad se dé cuenta de que el aborto no es inocuo. El aborto deja tras de sí un reguero de dolor tremendo.

-¿Cómo pueden ser víctimas también los hombres?
-Los hombres tienen un 50% de responsabilidad en cada embarazo, y a nosotras han venido muchos diciendo que están sufriendo esos síntomas, porque han acompañado a su pareja a abortar, o porque no pudieron evitar un aborto que se ejecutó sin su aprobación.

-Hablamos de víctimas del aborto, pero ¿hay culpables?
-En España se ejecutaron 79.788 abortos en 2003. Eso quiere decir que todos somos un poco culpables, porque todos tenemos un conocido, un vecino o un familiar que se ha visto involucrado en un aborto, y a lo mejor, cuando esa persona necesitaba ayuda, nadie le ha tendido una mano ni le ha ofrecido un testimonio y le ha dicho: "Qué necesitas, aquí estoy, cuenta conmigo".
Por otro lado, todos los que están involucrados en el negocio del aborto. Los médicos que los ejecutan saben que no están quitando la vida a una rata ni a un gusano, sino a un ser humano. Si no advierten previamente a la mujer, la están engañando y manipulando para ganar dinero. Eso tiene una mayor carga de culpabilidad.

-¿Cuál es la meta de AVA?
-Para empezar, que se compense y ayude a las familias víctimas de un aborto provocado, ayudándolas en lo que necesiten, y la primera necesidad que solicitan es el apoyo psicológico. Luego tenemos abogados por si alguna mujer quiere denunciar que a ella no la advirtieron adecuadamente sobre las consecuencias del aborto, por si se ha violado el primer derecho que tiene la mujer, que es el derecho a la información.

-Otro de vuestros fines es solicitar que sea efectiva la oferta de otras alternativas antes del aborto.
-Queremos que se establezca en los abortorios un equipo de profesionales ajenos al centro, independiente, que de verdad informen de las alternativas que existen. Es una pena que la adopción en España esté cerrada, que las parejas que quieren adoptarse tengan que ir a Rusia o a China, cuando en España se ejecutaron 79.788 abortos sólo en 2003. Cuántos de esos abortos no podían haber sido embarazos llevados a término, y niños que hubiesen sido adoptados por padres que están deseando tener a un hijo y no pueden. Ésa es una alternativa que nos parece viable y que en España está totalmente cerrada.

-Dice su página web que, "por petición expresa de sus madres, quieren recuperar la memoria de sus hijos".
-Algunas mujeres comentan que les gustaría saber qué se hizo con los restos de su hijo. En AVA, tenemos la sospecha de que se están utilizando esos restos en investigación, o de manera lucrativa. Lo que nos piden es que de alguna forma puedan recuperar esa memoria y tener algún monumento, ya que no se les puede dar sepultura, de recuerdo y de homenaje.
Otra cosa que se pretende en este sentido es que se considere muerte estadística a la muerte por aborto. En España se considera muerte estadística a las muerte por accidentes de tráfico, por sida, por cáncer, por infarto, y todas esas dataciones son infinitamente menores que la cifra anual de muerte por aborto provocado. Que tome conciencia el Estado de esos 80.000 abortos de 2003, y del millón de los veinte años de aborto, pues es el propio Estado el que se está dejando por el camino a un montón de cotizantes.

-Resulta llamativo que en 2003 muriese 16 veces más gente abortada que en accidentes de coche. ¿Cómo repercute en la sociedad esa tasa de mortalidad que supone el aborto?
-La sociedad está dejando de tener a 80.000 personas cada año, que podían estar ahora mismo viviendo, estudiando, trabajando, llenando las plazas, los parques y los colegios. Se ha perdido un bagaje humano de casi un millón de miembros, que es el que ha perdido la sociedad con el aborto en estos veinte años. Ahora tendrían veinte, diecinueve, dieciocho, y sin embargo, la sociedad los ha perdido. Pero para el Estado, no se es persona hasta las 24 horas de nacer, lo que no quiere decir que no sea humano, un hecho demostrado científicamente, desde el mismo momento de la concepción, momento en que un nuevo ser vivo posee su propio genoma humano, con su color de pelo, de ojos, con rasgos de su carácter, con posibles enfermedades congénitas, etc. Una de las cosas que pretendemos es concienciar a la sociedad de que sí es un ser humano, y eso lo pueden hacer las madres, porque a una mujer no le tiene que decir ningún médico, ningún jurista o ningún político que lo que lleva dentro no es un ser humano distinto a ella. No es ella, no lo puede controlar, y a una madre no le tiene que decir nadie que lo que lleva dentro es un ser humano o no lo es, eso lo sabe ella. A una madre lo que hay que hacer es ayudarla.

-Según ustedes, ¿qué es lo que no funciona?
-La educación, la moralidad, la responsabilidad, la protección de la vida desde el Estado. Para un Estado es mejor que la gente no piense, no reflexione, que actúe por impulsos, porque así es más fácil de manipular. Con la manipulación del lenguaje se ha hecho creer que el aborto es un derecho de la mujer. Se las está manipulando para el propio beneficio. No hace mucho tiempo, el Instituto de la Juventud dijo que el hecho de que los embarazos de adolescentes no terminasen en aborto "no es evolución". Si estamos llegando a un nivel de sandez, de estupidez y de maldad tan grande, no es extraño que nuestra sociedad esté bastante enferma. El primer derecho que tiene un ser humano, que es el derecho a la vida, se está machacando. ¿De qué más nos extrañamos entonces? Por otro lado, es una ?engañifa? el tema de la atención a los discapacitados. Al Estado se le llena la boca al decir que promueve ayudas para ellos, personas que merecen todo nuestro respeto, y sin embargo, bajo el supuesto de las malformaciones, los matan antes de nacer, luego, ¿en qué quedamos? Si es discapacitado, si es un ser humano como los demás y tiene todos los derechos que tienen los demás, ¿por qué se le mata antes de nacer? Es una contradicción enorme que ni los propios presidentes de asociaciones de discapacitados son capaces de contestar.

Setenta Testimonios en un mismo libro
El próximo diez de mayo sale a la venta Yo aborté, de la editorial Voz de papel. Es el primer libro de testimonios de mujeres y hombres que han abortado en España, y nos cuentan su arrepentimiento, su desinformación a la hora de recurrir al aborto, aquellos a los que las han obligado a hacerlo, sus dificultades y sentimientos de culpa, su angustia, su deseo de que nadie más pase por lo que ellos pasaron en su día. Una parte de la venta del libro irá destinado a AVA, y para colaborar con la asociación se pueden informar en la página:

www.vozvictimas.org

martes, abril 19, 2005

El síndrome post-aborto se convierte en libro

El 10 de mayo sale a la venta en toda España el primer libro sobre casos de aborto provocado en nuestro país. El título del libro es "Yo aborté".

Muy probablemente mucho de las mujeres anímicamente tocadas que existen hoy en Occidente lo sea porque se han sometido a un aborto. Sin embargo, el Imperio de la muerte se ha cuidado mucho de marginar a los especialistas que tratan de que estas mujeres superen tan espantosa enfermedad. A razón de 80.000 abortos anuales que se perpetran en España, es fácil deducir que la patología post-aborto cunde, sin que la sanidad pública, y mínimamente la privada, se preocupe de poner en tratamiento a las víctimas -no me refiero a los niños abortados, que esos poca ayuda psicología pueden recibir, sino a las madres que los abortaron-. Lo mejor para que cunda la epidemia es negar la enfermedad.

En cuanto a bibliografía, el único libro publicado hasta la fecha en España se refiere a casos post-aborto extranjeros, y su lectura resulta sobrecogedora. Se titulaba "¿Por qué lloras, Miriam?". Pues bien, ahora tenemos otra obra, más próxima, no apta para paladares delicados, porque estamos hablando del mayor homicidio masivo, verdadero holocausto, de la historia. Y eso siempre deja huellas imposibles de ocultar.

Eulogio López

sábado, abril 16, 2005

“Treinta hombres, ¿qué importan?”

[A Uqba] se le encomendó el mando en Al Andalus (...) y permaneció en él durante algunos años, durante los cuales lo conquistó entero (...), sin dejar (...) aldea sin conquistar, menos las montañas, donde se había refugiado un rey llamado Pelay con 300 hombres, a quien los musulmanes no dejaron de acosar, hasta el punto de que muchos de ellos murieron de hambre, otros acabaron por someterse y fueron así menguando hasta quedar sólo treinta hombres, acompañados, según se dice, por menos de diez mujeres. Allí permanecieron escondidos, comiendo miel, porque las abejas se habían metido en las grietas de la peña y tenían panales. Era difícil para los musulmanes llegar hasta allí, y los dejaron diciendo: “Treinta hombres, ¿qué importan?” Los despreciaron, por tanto, lo que llegó a ser algo muy grave, como, Dios mediante, mostraré en su lugar.

Ajbar Machmua
Gracias a Kim por su historia

jueves, abril 14, 2005

Píldora del día después: No reduce embarazos, ni abortos

Un estudio realizado en Gran Bretaña demuestra la nula incidencia de este fármaco en las prácticas abortivas, mientras otro realizado en Estados Unidos llega a la misma conclusión con respecto al número de mujeres fecundadas

Dos nuevos estudios realizados en Estados Unidos y Gran Bretaña vienen a confirmar que la disponibilidad a gran escala de la píldora del día después no reduce el número de embarazos ni el de abortos quirúrgicos, según informa el boletín de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC). La noticia se produce casi dos meses después de que la Comisión de Sanidad y Consumo del Senado presentara una moción en la que se instaba al Gobierno español a informar sobre los efectos adversos del llamado “anticonceptivo de emergencia”.

Cabe recordar que el consumo de este fármaco abortivo se ha disparado en España como consecuencia de los fallos del preservativo y de las facilidades que la Administración central y las autonómicas están dando desde que el Gobierno del Partido Popular aprobara su consumo en 2001. De hecho, y tomando como ejemplo el Hospital del Mar de Barcelona, 8 de cada 10 solicitantes de la píldora acudieron a Urgencias por alguna incidencia con el preservativo.

Investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, han realizado un seguimiento durante 6 meses a 2.117 mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que han participado en el estudio. A todas ellas se les suministró la píldora del día después o se les facilitó su acceso. Los resultados de la investigación, publicados en la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos Journal of the American Medical Association, pusieron de manifiesto que el número de embarazos no había disminuido, como los promotores de este fármaco pretendían.

Efecto boomerang

Como si de un efecto boomerang se tratara, la investigación lanzada por esos promotores, de los que forma parte el grupo abortista Planned Parenthood (Paternidad Planificada), se volvió contra ellos. Uno de los médicos de esta organización, co-autor del estudio, y otras organizaciones abortistas afirmaban que la amplia disponibilidad de la píldora disminuiría el índice de embarazos. Sin embargo, los resultados vienen a refutar sus afirmaciones.

Paternidad Planificada es la filial en Estados Unidos de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, en sus siglas en inglés), la federación de organizaciones no gubernamentales más abortista del mundo.

La venta sin ningún tipo de trabas de este tipo de píldoras en territorio estadounidense ha sido denunciada por los grupos provida, que han pedido a la agencia del Gobierno que supervisa los fármacos y los alimentos (FDA en inglés) que no autorice su venta sin receta. Destacan principalmente el carácter abortivo de la píldora del día después y el daño que ésta causa a las mujeres que la consumen.

Píldora abortiva

En el estudio realizado en Gran Bretaña participaron alrededor de 18.000 mujeres de edades comprendidas entre los 16 y los 29 años. Un equipo de investigadores de las universidades de Dundee, Edimburgo y Oxford les suministró por adelantado el fármaco y los resultados han demostrado que no se redujo el índice de abortos. Además, quedó demostrado que la píldora del día después también puede ser abortiva, por cuanto uno de sus mecanismos de acción es impedir la implantación de un embrión humano a los aproximadamente 6 días de concebido en el útero de su madre.

Vida Humana Internacional http://www.vidahumana.org (VHI) tiene abundante información al respecto y sobre el daño que este fármaco puede producir a la salud femenina. Se puede consultar también la sección “Anticoncepción de emergencia” .
Isabel Ordóñez

lunes, abril 11, 2005

Fotos de actividades constitucionales

AVISO: Advertimos a los lectores de la dureza de estas imágenes, que muestran la cruda realidad del aborto.

En España se han podido hacer más de novecientas mil de estas fotos amparadas por la Constitución.

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En una época de sensiblería, más eficaces que los argumentos científicos y éticos es la difusión de las imágenes